Todas/os tenemos nuestros temas de la infancia. Es probable que la tuya sea una mezcla de recuerdos felices y placenteros y algunos recuerdos difíciles que permanecen muy fijos en tu memoria. Todo ha servido para formar tu personalidad y tu carácter tal y como es hoy.
Sin embargo hay personas que vivieron experiencias infantiles muy duras y difíciles de integrar; teniendo en cuenta que cuando somos pequeños no tenemos los recursos para responder y gestionar adecuadamente dichas situaciones, lo que hace que pueden resultar completamente abrumadoras.
Dichas memorias quedan grabadas no solo en nuestro recuerdo sino a cal y canto en nuestro sistema nervioso, generando respuestas automáticas y muchas veces inconscientes con las que seguimos respondiendo años después. Dichas respuestas están desactualizadas pues ahora ya no somos niñas/os, tenemos más recursos y podemos actuar de diferentes maneras.
Entonces ¿qué nos impide hacerlo?
Sé que en el fondo de tu corazón quieres sanarte y estar libre de condicionamientos, quieres estar en paz, ser feliz, amar y ser amada/o. Pero para ser libre necesitas responsabilizarte, afrontar la realidad, dejar de culpabilizar, reconocer que te impide abrir el corazón y avanzar.
¿Qué ha sucedido para que sigas atrapada/o en el ayer? Tal vez algunas experiencias que viviste fueron traumáticas, tal vez ni siquiera las recuerdas, pero hay sentimientos y sensaciones que son como ecos del pasado…
Durante muchos años tu vida estaba en manos de otras personas, no podías cambiar lo que te hubiera gustado cambiar, y quizás no recibiste todo lo que necesitabas. Pero conseguiste llegar hasta aquí, salir adelante y dejar atrás una realidad que no podías cambiar.
Ahora que eres adulta/o todo depende de ti. Eres el/la único/a que puede cambiar su vida.
Muchas veces cuando se sufre mucho en la niñez nos queda una tendencia al sufrimiento. Crecimos acostumbrándonos a que las cosas eran como eran, a que no podíamos cambiarlas y nos resignamos a nuestra desdicha.
Generamos un ego desdichado que se enmascara como puede para intentar ser aceptado.
Más detrás de ese ego, de ese personaje que nos protege y que desarrollamos para adaptarnos, nos sentimos avergonzados, atemorizados, carentes, impotentes, igual a como nos sentíamos cuando éramos pequeñas/os e indefensas/os.
Pero antes no podíamos cambiar las cosas, ni siquiera nos podíamos ir. Para poder sobrevivir tuvimos que soportar lo que había (incluso el maltrato y el abuso) y adaptarnos como podíamos a ello.
Ahora la situación es distinta: tienes muchos recursos y posibilidades, tu vida ya no depende de otros, depende de ti. Ahora puedes irte, puedes poner límites, puedes buscar ayuda… Ya no es necesario aferrarse al sufrimiento.
A medida que profundizamos en nuestro interior aparece la necesidad de hacer las paces con el pasado. Esto nos permite cerrar etapas, soltar lastre, liberarte de todo lo que no te permite la paz y experimentar la alegría en el presente.
Solo hace falta que des un paso hacia adelante. ¿Te atreves?
Madre del Agua By Maria Carolina , Terapeuta corporal del trauma certificada Terapia del duelo. Somatic Experiencing, Constelaciones Familiares, Lectura Energética del Aura.