A todos nos llega un momento en la vida en el que nos cansamos de sufrir. Nos cansamos de repetir la misma historia. Tal vez nuestro cuerpo nos pasa factura, o nuestra vida pierde el color y ya no le encontramos el sentido. Estamos cansados/as de que nuestras relaciones no funcionen. Queremos, o mas bien, necesitamos un cambio desesperadamente. Realmente nos sentimos hartos/as de la misma mierda.
Algunos llegamos al limite de nuestra capacidad de aguante y colapsamos física, mental y/o emocionalmente. Hay algo que nos dice “ya no puedo seguir así”. A veces es una voz en nuestra cabeza, o la voz de alguien que nos quiere y algunas es la voz de la vida misma que nos golpea con su crudeza. “Algo tiene que cambiar”, eso es seguro. Pero, ¿por dónde se empieza?
Y antes de empezar quiero advertirte que quizás no te guste lo que vas a leer. Pero como mi intención es aportarte algo que te sirva de verdad me tomaré la licencia de ser radicalmente honesta.
Empezar un camino de transformación implica valor y coraje, mucho coraje. Porque, sinceramente, casi siempre es más fácil seguir sufriendo.
Por lo menos en tu sufrimiento los otros son los culpables: tu madre que no te dio el cariño que merecías, tu padre que te abandonó, tu jefe que es un desgraciado, tu exnovio que te dejó, el bisabuelo que te heredó la mala suerte. La culpa es del cáncer, del gobierno, del vecino, del karma, del pasado. Tu solo eres la víctima en la historia de tu dolor, cualquiera que sea.
Así que el primer paso es asumir la responsabilidad de tu vida. Nadie va a darte lo que no te dieron. Nadie va a resolver tus asuntos por ti, nadie va a cargar con tu cruz. Tu eres el único capaz de transformar tu vida. Así que cualquiera que sea tu circunstancia lo primero es dejar el papel de víctima, despojarse de esa piel tan adherida que no te deja respirar. Quitarte las gafas del pasado con las que sigues viendo la vida hoy. Porque esas gafas esta empañadas, rayadas y no te dejan ver las cosas como son HOY.
Y no es que no hayas sido una víctima. Es posible que en tu historia de dolor hayas atravesado negligencias, vejaciones y toda clase de abusos. Que te hayan maltratado consciente o inconscientemente, que hayas sufrido traumas, accidentes, enfermedades, etc. No se trata de ignorar tu historia.
Para sanar hay que atreverse a aceptar todo como fue y todo como es. Acoger tanto las ganancias y las perdidas de la vida porque ambas han hecho que seas la persona que hoy eres, única e irrepetible.
Puede ser que ahora al borde del colapso solo veas lo malo y sientas que de alguna manera eres una persona defectuosa, alguien que quizás no tiene arreglo. Pero confía en mi, ese desastre que eres se las ha arreglado para llegar hasta aquí, hasta ese momento en que te haces la pregunta ¿por donde empiezo?.
Así que lo segundo es recuperar la confianza en ti y el amor propio.
Y aquí hay un riesgo, porque puede ser que lo que realmente quieras es que baje un ángel del cielo y con un toque mágico disuelva todos tus pesares (o a falta de un ángel un terapeuta, un gurú, o alguien que creas con mas poder). Probablemente busques terapias, libros de autoayuda, te apuntes a mil cursos, te vayas de retiro espiritual un fin de semana esperando resolver los asuntos de toda una vida!!!
Y por supuesto es probable que todo eso te ayude a darle una nueva visión a tu historia, pero la sanación es un viaje de resolución. Sanar requiere hacer, enfrentar tus miedos y sacar de tus heridas las emociones enquistadas y purulentas que no dejan cicatrizar. Y hace falta coraje para enfrentarse a ello.
O quizás en vez de salir a buscar quien te resuelva tus problemas, te quedes paralizado, literal y metafóricamente. Disociado de tu sentir, afincado en tu cabeza para estar a salvo, esperando de nuevo que del cielo (o de alguna manera inesperada) llegué la iluminación y te diga que es exactamente lo que tienes que hacer, en plan A, plan B o plan C. Y eso puede que pase pero es poco probable que pase ahora cuando mas lo necesitas.
El tercer paso entonces es buscar ayuda desde la responsabilidad. Acompañarse de otros que ya han caminado ese camino antes que tu y te puedan dar pistas y contar de algún atajo. Alguien que no esté interesado en manipularte ni en convertirte en un ser dependiente. Alguien con el suficiente respeto hacia a ti que no quiera resolver tus problemas sino guiarte para que encuentres tus propias respuestas.
Así que querido amigo, bienvenido al viaje de sanar. Solo tu puedes transformar tu vida y si te has tomado todo este tiempo para leerme probablemente estás ya mas listo de lo que piensas.
Madre del Agua By Maria Carolina , Terapeuta corporal del trauma certificada Terapia del duelo. Somatic Experiencing, Constelaciones Familiares, Lectura Energética del Aura.